SERVINDI
“Mátame, que estoy dispuesto a morir por mi territorio, por mi
familia, por mis ancestros, por mi cultura y por mi identidad. Pero,
antes de hacerlo, quiero que me respondas: ¿defendiendo a quien me
matarás?“. Esta fue la respuesta de un líder Achuar, cuando un
oficial de la Policía Nacional pretendió intimidarlo con amenaza de
muerte sino se retiraba del lugar de las instalaciones petroleras del
río Corrientes.
La firmeza de aquel viejo con una lanza de chonta frente a una
cuadrilla de policías armados, obviamente no representaba amenaza. El
mensaje solo estaba cargado de principios y valores por el cual un
indígena es capaz en defensa de su territorio y de su vida.
- Con ese relato empieza el diálogo de Servindi con Gil
Inoach, líder del Pueblo Awajun. De formación audidacta, Gil tuvo a su
cargo la Presidencia de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la
Selva Peruana (AIDESEP) durante dos periodos, de 1996 al 2002.
La comunidad nacional e internacional está sorprendida por
la capacidad de organización de los pueblos amazónicos que emprendieron
una impactante jornada nacional de lucha. ¿Cuál es el secreto de la
organización?
Los pueblos indígenas amazónicos no necesitan estar organizados en
una estructura moderna de representación para defender su territorio.
Sólo basta que se sientan amenazados para ponerse en pie de lucha. Así
como un fiel religioso sería capaz de abalanzarse contra un Alcalde si
éste se propusiera deshacer la iglesia para instalar en su lugar un
camal municipal, los pueblos indígenas también saben reaccionar cuando
sus cascadas y los montes sagrados de encuentro con la espiritualidad
se ven amenazados. No es que el acto de los feligreses de rechazar el
camal implique abstinencia a la carne, como tampoco el rechazo a los
decretos legislativos 1015, 1073, 1064, entre otros, significa que los
indígenas se nieguen al progreso. La creencia, la espiritualidad que
mueve a los indígenas no tiene una relación absoluta con la economía de
mercado.
- Mucho se habla de llevar el progreso y la modernidad a los
indígenas para superar la pobreza. ¿Qué opinas?
Sostener que para sacar de la pobreza a los indígenas hay que
facilitar el cambio de las reglas de juego sobre su propiedad colectiva
mediante nuevas normas es menoscabar el fundamento de su propia
existencia. El camino a la modernidad no necesariamente tiene que darse
renunciando a la propiedad colectiva de las tierras. Se puede y deben
desarrollar otros mecanismos. Tampoco es condición para salir de la
pobreza tener que hipotecar, arrendar o vender las tierras comunales.
- Entonces, ¿qué hay detrás de estos decretos legislativos?
Cuando el señor Roque Benavides, ex Presidente de la Confederación
Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP) y de la
Sociedad Nacional de Minería y Petróleo (SNMP), se lamenta y dice que
las empresas mineras son las grandes perjudicadas con la derogatoria de
los decretos que intentaban facilitar la venta de las tierras de las
comunidades y señala que “cada vez que hemos pedido la opinión de una
comunidad, no han estado presente los dos tercios” (diario La Primera,
del 24.08.08) confirma la sospecha de que la insistencia del Ejecutivo
tiene mucho que ver con la consigna pactada con el poder económico, de
entregarle -sí o sí- la llave de ingreso a la amazonía, con algunos
ajustes legales para justificar la invasión.
- ¿Cuáles crees que serán los siguientes pasos del gobierno?
El gobierno anunció que bajará a las comunidades para explicar la
bonanza que prometen los decretos legislativos cuestionados y la
confesión del antropólogo Juan Ossio, quién ha dejado entrever que
forma parte del equipo de asesoría del Presidente en esta materia
(diario Perú 21, del 24.08.08) redunda en la sospecha de que algo se
está cocinando en el Ejecutivo, con la ayuda de académicos, para evitar
una consulta apropiada a la población afectada.
Dudo que la asesoría antropológica del señor Juan Ossio ayude al
Presidente Alan García a reflexionar para no seguir agrediendo a los
pueblos indígenas. No porque Ossio sea ajeno al conocimiento de la
materia, sino por sus declaraciones temerarias, que llegan al extremo
de tildar de “tontería” el acto democrático del Congreso que deroga los
decretos.
Los opositores a la protesta indígena han pretendido y pretenden
desvirtuarla señalando que detrás de todo esto están las organizaciones
no gubernamentales (ONG), los políticos de ultra izquierda, incluso,
las llamadas Casas del Alba. Con estos argumentos pretenden intimidar a
los indígenas, como si sus representantes y sus organizaciones andarían
aún en mano de intermediarios, como tal vez sí ocurría en los años 60,
no por ineptitud de los indígenas, sino por la carencia del habla en la
segunda lengua española.
- A propósito… ¿cuándo surge un liderazgo amazónico sin
intermediarios?
El liderazgo indígena amazónico surge en 1974 con el reconocimiento
de la personalidad jurídica de la mal llamada “Comunidad Nativa”, que
dio pie -a la vez- al surgimiento de sus organizaciones indígenas
representativas que inician la búsqueda de mecanismos de diálogo con el
Estado y sus gobernantes.
Los que sostienen que las comunidades nativas son un invento en el
tiempo de Juan Velasco no dejan de tener algo de razón, porque ésta
figura limita alcanzar la porción territorial que por posesión
ancestral reclaman los pueblos indígenas amazónicos.
El colectivo indígena no quisiera interpretar que el intelecto
limeño responsabiliza al gobierno militar por la existencia de las
comunidades nativas solo para ocultar su impotencia de ver cómo los
indígenas se resisten, y mientras resisten frente a las leyes
perversas, será imposible convencerlos para dejar entrar a sus amigos o
socios.
- ¿Cuál es el aporte del movimiento indígena amazónico al
país?
Los historiadores, los académicos y antropólogos deberían saber que
mediante nuestras organizaciones representativas los indígenas hemos
logrado crear estructuras de carácter nacional y también internacional
como es la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca
Amazónica (COICA) en 1984. A través de esta instancia tenemos
representantes, por ejemplo, en el Foro Permanente para las Cuestiones
Indígenas de las Naciones Unidas.
Deberían, de igual modo, saber que en el Perú las organizaciones
indígenas amazónicas hemos demostrado el carácter propositivo de
nuestras luchas, las cuales se reflejan en el desarrollo de importantes
programas como el Programa de Formación de Maestros Bilingües
(FORMABIAP), cuyo origen se dio siendo Ministra de Educación la actual
congresista Mercedes Cabanillas (RM 364-88-ED de 25.05.1988), durante
el primer gobierno de Alan García en 1988.
Este programa tan importante para la educación en el Perú fue
posible gracias a la iniciativa de AIDESEP que suscribió un convenio
con la Cooperación Técnica Italiana, por medio de la asociación Terra
Nuova, una ONG que tuvo el valor y el compromiso de apoyar a los
indígenas en la promoción de la educación intercultural bilingüe. Si de
esto se ha olvidado el régimen del APRA en su segundo gobierno, deben
preguntarle al Ministro Chang sobre la actividad del Programa y
requerirle si contribuye con el Ministerio de Educación y verificar -en
cifras- con qué presupuesto estatal cuenta dicho Programa.
¿Qué otro ejemplo de aporte al país de AIDESEP puedes
brindarnos?
El Ministro de Salud se sorprendería que sin ningún apoyo financiero
del Estado peruano los indígenas amazónicos estamos demostrando nuestra
capacidad de gestión ante diferentes organismos de cooperación
internacional para poner en marcha la formación de Técnicos en Salud
Intercultural, por cierto, con mucho éxito, en la región Atalaya y en
Datem del Marañón.
Los funcionarios del Ministerio de Agricultura y los gobiernos
regionales amazónicos no pueden refutar los legajos de oficios,
convenios y otros documentos que acreditan el rol activo de AIDESEP
como una entidad interlocutora ante el Estado en los procesos de
saneamiento legal de los territorios comunales desde 1989.
Incluso, fue AIDESEP el que contribuyó a superar un capítulo
denigrante de nuestra historia cuando denunció la existencia de los
hermanos asháninkas sometidos a un estado de esclavitud en Atalaya en
pleno siglo XX, lo cual ameritó la intervención de la Organización
Internacional de Trabajo (OIT) y luego al Estado peruano no le quedó
otra alternativa que remediar el caso con la liberación de cientos de
asháninkas, a través del saneamiento de sus posesiones territoriales.
- A pesar de estos antecedentes ¿por qué no ha habido un
diálogo activo con el gobierno?
Los señores del Ministerio de Energía y Minas saben que existe
dentro de su historial de archivos una propuesta de normativa sobre las
actividades de hidrocarburos, presentada por las organizaciones
indígenas como una muestra de nuestra apertura al diálogo. El famoso
“diálogo tripartito” se gestó a partir de la voluntad ingenua de las
comunidades afectadas que entonces apostamos por eliminar los
obstáculos que generaban desconfianza y rechazo a las empresas
petroleras.
En varias reuniones entre los representantes del Estado, las
empresas y los Pueblos indígenas experimentamos que el diálogo se
convirtió en espacios perfectos de dilatación y postergación de los
reclamos, mientras las empresas petroleras, en complicidad con el
Estado, intentaban dividir a las comunidades con otro brazo
organizativo. El año 1998 se defraudó la voluntad de los indígenas de
dialogar para concertar, fue una lamentable pérdida de oportunidad.
Si el Ministro de Agricultura tilda de buitres a las ONG que apoyan
a las organizaciones indígenas cabe preguntarse si una organización
apoyada por carroñeros puede desarrollar programas sociales
aleccionadores como lo viene haciendo AIDESEP a lo largo de los 28 años
de su existencia y que los mismos programas sean reconocidos por
diferentes organismos públicos.
- En pocas palabras ¿qué desean los indígenas amazónicos?
Los indígenas queremos desarrollo, en condiciones de igualdad de
derechos y de oportunidades. No somos partidarios del discurso que
trata de convencernos en que el progreso lo vamos a encontrar en
cachuelos, exponiendo nuestros territorios al libre juego del mercado.
Esta modalidad de sujeción ya la hemos experimentado en el tiempo de la
colonia -aunque en modalidad distinta, pero igual de denigrante- y
sabemos perfectamente hacia que dirección nos lleva.
Si las normas de inversión se orientan al desarrollo de un mercado
que adquiera productos que las comunidades produzcan, incluso creándose
nuevas oportunidades de negocio en diferentes rubros, la población
indígena demostrará su fuerza productiva sin ninguna intermediación de
terceros, como lo demostró en el tiempo de la producción y
comercialización de arroz en la década de los 80.
La promoción de una economía local sostenible fortalecerá a las
comunidades para incorporar tecnologías externas que se consideren
apropiadas para la innovación y el desarrollo, y afianzarán nuestros
conocimientos para transformar los recursos con nuestra propia dinámica
y creatividad.
Esta política encaminará el surgimiento de nuevos empresarios
indígenas y la asociación de estos empresarios con el mercado nacional
y de exportación, sea en alianza con los inversionistas o solos.
Repito, para producir y mejorar el ingreso per cápita de la población
indígena no hace falta hipotecar, alquilar, ni vender nuestras tierras.
Saber aprovechar el suelo y los recursos en nuestras manos es la
garantía para el control adecuado de nuestros bosques y evitar la tala
masiva como pretenden los promotores de los agrocombustibles y los
dueños de semillas transgénicas. Rechazamos todo acto comparable al
encomendero español que encerraba a los indígenas adueñándose de sus
territorios para asegurarle tributos al rey en el tiempo de la colonia.
- Sus palabras finales…
Que el gobierno no convierta a la Agencia Peruana de Cooperación
Internacional (APCI) en verdugo del siglo XXI. Con AIDESEP o sin
AIDESEP la resistencia de los pueblos indígenas continuará y el mensaje
del viejo Achuar -al cual hice referencia al inicio de este diálogo-
seguirá creciendo como el caudal del río que se alimenta de su propia
naturaleza
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